Miyamoto Musashi, legendario samurai considerado el más fuerte de la historia.
Miyamoto Musashi (1584-1645) nació en Banshu, actual Okayama-ken.
La novela verídica “Miyamoto Musashi” del escritor Shiba Ryotaro nos permite seguir la vida real de este legendario samurai cosiderado como el más fuerte a lo largo de toda la historia de Japón. En más de sesenta duelos a vida o muerte con sable que tuvo Miyamoto Musashi, siempre salió vencerdor. En cambio la mayoría de sus contrincantes perdieron la vida.
A los trece años de edad, ya había declararado un duelo público a un famoso samurai. En este caso, a la hora de la verdad, lanzó el bokuto (sable de madera) al suelo al ver que su contrincante era demasiado fuerte para él. Enseguida el samurai famoso también tiró su verdadero katana (sable) al suelo y los dos habían empezado una lucha corporal de Sumo. Pero cuando el samurai se desequilibrió y cayó por el suelo, Musashi cogió el Bokuto y le dió un golpe terrible sobre la cabeza del samurai que murió poco después. Eso fue el debut de la vida de samurai de Miyamoto Musashi.
El famoso libro “Gorinsho” -El libro de los cinco anillos- escrito por él mismo cuenta también: “Yo, desde que era joven, empecé el camino de samurai, y por vez primera en mi vida a los 13, gané el duelo. Mi contrincante era Arima Kihei.”
Así empezó su larga peripecia de samurai duelista a través de Japón.
Musahi no había tenido nunca un maestro de artes marciales, solo contaba con su agilidad, fuerza física y fuerza espiritual.
Tenemos un samurai testigo directo de la vida de Miyamoto Musashi. Se llama Watanabe Koan, que fue el jefe de gobernación de la importantísima región “Suruga”(Shizuoka) en la época de Tokugawa. Watanabe había visto a Musashi y hablado con él, la primera vez en calidad de jefe del puesto más importante del gobierno samurai de “Suruga” y la segunda vez como monje quien ya había perdido su anterior puesto honorable. Watanabe murió a los 130 años, pero dos años antes de morir, cuando tenía 128 años, el señor de la región de Kaga-Han mandó a un escribano a Watanabe a transcribir su historia real vivida por él, considerando que allí estaba “la verdadera historia de Japón”, lo que conocemos ahora como el libro “El diálogo con Watanabe Koan”.
Watanabe, con la edad de 128 años, conservaba una buena dentadura y el oído, solo se parecía a un hombre de 70 años, con un poco de dificultades cuando caminaba.
¡Un hecho sorprendente! El legendario samurai más fuerte de la historia era un genio no solo con el sable, sino también en la poesía, la pintura y la escultura. Sus obras son indispensables a la hora de hablar de la historia de las artes japonesas: la ceremonia de té, el go, el shogui (ajedrez japonés), la caligrafía, etc... Su libro que explica el camino de samurai (Gorinsho) merece una de las mejores escrituras a lo largo de toda la historia de Japón, por ser lógica, bella, y rigurosa al escoger las palabras.
Un prototipo de samurai japonés que mostró la mejor calidad de los japoneses: llevar la vida para mejorarse constantemente con esfuerzo y honorabilidad.
Su famosísima manera de combate, “Niten Ichi ryu”, con dos sables, fue quizás inventado por su padre que era maestro del uso del “Jitte” con el cual coge el sable del contrincante, y le ataca desenvainando un sable. Pero fue solo posible este “Niten Ichi ryu”, gracias a la fuerza inhumana que tenía Musashi.
Musashi nos dejó una palabra importante, “Mikiru”, que era originalidad de su arte. “No tenemos miedo cuando caminamos sobre una plancha de madera de 1 metro de ancha y 30 centímetros encima del suelo. Pero cuando sube la altura hasta cien veces más, tememos morir si nos caemos. En realidad es lo mismo. El arte de lucha consiste en matar este miedo, es decir, “Mikiru” (dominar la inquietud), y en seguida nos convertiremos en maestros.
El importante ex-gobernador y posterior monje que vivió hasta 130 años, visitó a los 82 años la tumba de Miyamoto Musashi que se encontraba en la región de Higo-Kumamoto (Kyushu) cuyo señor Hosokawa Tadatoshi lo incorporó en su gobierno con un estatuto que estaba solo reservado a unos pocos personajes excepcionales y honorables. Según el testigo de un campesino, cuenta el libro “El diálogo con Watanabe Koan”, Miyamoto Musashi estaba enterrado debajo de la estela, vestido de panoplia de samurai con armas, conforme a sus deseos de defender desde este sitio desde donde se veía bien el castillo, a aquel señor que le trató como su igual.
Miyamoto Musashi quería cumplir con su lema: “Un samurai muere para el que le conoce profundamente”.
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